Cinco lecciones de marketing que aprendí de mi visita a Disney
- auranoeliacruz
- 1 may 2013
- 3 Min. de lectura

Esta semana tuve la oportunidad de visitar por primera vez Epcot center, uno de los parques que conforman el gran centro de entretenimiento que es Disney World, y mientras caminaba en su inmensidad de cosas por hacer no dejaba de sorprenderme por la capacidad que tienen esta gente de hacer marketing y generar consumo.
Seamos honestos, este es uno de los parques que comenzó como una gran idea de la ciudad del futuro pero obvio, el futuro lo alcanzó demasiado pronto y lo dejó atrás. Pero eso no fue impedimento para que esta gente se reinventara y buscara la vuelta para mantener a su clientela cautiva y la caja registradora sonando.
1- Lo primero es que el branding de esta gente está bien trabajado. Pero su labor de marketing es imparable. Una vez dentro del parque te conviertes en un abanderado de cualquier motivo que tenga que ver con el ratón y su pandilla. Sombreros, globos, camisetas, vasos, lanyards; cualquier adorno que te haga ver con un verdadero fan y que te convierta, de forma voluntaria, en un promotor de la marca. Y no hablemos de los regalos para llevar, que ahí se extiende.
2- Mantienen a su público cautivo. Aunque nada tiene que ver una cosa con la otra, la mayor atracción del parque son las mini ciudades construidas en un terreno un poco mas alejado de la famosa bola futurista. Estas replicas de los principales atractivos de Italia, Francia, Alemania, china, Japón, etc. ofrecen tres cosas básicas: tiendas, comida y bebida. Así que luego de visitar una mini ciudad, con atractivos limitados, su perfumería (en el caso de Francia) y área de comida hacen competencia para ver quien gana el dinero de tu bolsillo y en algunos casos, ambos ganan.
3- Atención a los detalles
Pero si algo debo reconocer y aprender de esta gente y su marketing es que los detalles están muy bien cuidados. Si entras a un pabellón, casi olvidas que no estas actualmente en ese país. La música, la comida, la memorabilia, el color de las paredes, y aquí fue donde me quité el sombrero, los empleados son de la etnia de cada país. Así que quien me decía a mi que ahí dentro no iba a probar la real comida y bebida de dicho país? Lo que te lleva a comprar pretzels, si estas en el pabellón de Alemania o fondue y champagne en el Francia. Y así vas de pabellón en pabellón país en país, gastando probando las delicias de cada uno.
4- Cada interacción es una oportunidad para vender. Si decides montarte en una atracción, quien no?, luego de salir de tu aventura lleno de euforia la salida te lleva por un pasillo que termina en la tienda; estantes llenos de juguetes para llevar contigo un recuerdo y hacer inolvidable tu recién hazaña… Debo aprender a poner en practica este punto :p
5- Qué quiere el público? Desde complacer al niño interno que llevamos dentro, entretener a nuestros hijos, facilidad para guardar tus cosas en casilleros, mapas, baños, personal para tomarte las fotos, información, kioscos con bebida en cada esquina, comida, parqueo para coches, usted imagine algo que pueda necesitar y ahí lo encuentra, no habrá ningún motivo que te haga salir del parque solo el cansancio, no sin antes haber dejado la mitad del presupuesto de vacaciones para todo el año en el dichoso parque. Pero sabes que es lo mejor? Que aun habiendo gastado hasta lo que no podías, sales de ahí totalmente satisfecho de tu gasto inversión y con las ganas de volver a disfrutar consumir todos sus productos y servicios.
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